Juno, o por qué no necesito excusas para publicar esto porque la peli es la pera

El debut como guionista de Diablo Cody, Juno (2007), fue una de las películas que más gratamente recuerdo de entre aquellas no-tan-clásicas. Se trata de una producción de Fox Searchlight, y se convirtió en un icono indie (aparato promocional gigantesco mediante) rozando la línea del mainstream con buen gusto, en mi opinión. La película me gustó por tratarse de un relato que trataba un tema controvertido de una forma novedosa, sin moralinas y con un guión sólido. Dándole al personaje principal una complejidad que le permitía tomar decisiones de manera articulada aunque basándose en sus instintos, lo que se nos presenta es una adolescente provista de cerebro (y esto, en películas anteriores con personajes parecidos, sólo se ve rara vez). Creo que este personaje principal es acertadísimo, un ejemplo de cómo valorar a los adolescentes basándose en otras cosas más que su teléfono móvil o la visera de su gorra. Me parece que sienta un precedente maravilloso incluso para que aquellos que no sean tan seguros de sí mismos en esa edad puedan actuar como les venga en gana dándole importancia a cosas nuevas y preciosas. Y todo esto sin acudir al viejo “sé tú mismo” que puede resultar tan molesto cuando viene por canales inadecuados (películas de dudosa calidad, por ejemplo).

El factor humano es sólo uno de los que me encantan del guión: con un toque de denuncia social y un nuevo punto de vista sobre el aborto, se consigue una receta perfecta para un dramón. Pero, ah, de nuevo, otro hecho a alabar es que trata el tema sin demasiada necesidad de drama, y el conflicto pasa a un término subyacente, sobre el que se construye el verdadero relato, el de los personajes que pasan por su vida, cómo reaccionan ante ella (y sus circunstancias) y cómo esa reacción hace de ellos gente que permanece junto a ella o no.

En cuanto a la estructura, de saltos temporales, acompañada de marcas como las estaciones del año, me parecía adecuada y hacía del avance del periodo de gestación algo sorprendentemente secundario. Me pareció acertado aprovechar la idea del paso del tiempo de tal forma en una historia en la que el conflicto (el embarazo de una adolescente) se va desdibujando según la protagonista acepta, haciendo uso de una gran madurez, sus circunstancias. Se trata, entonces, de conocer al personaje a través de sus gustos y sus interacciones con otros, a los que también vamos conociendo. El hecho de que dejase de lado la posibilidad de fijarse en el sufrimiento provocado por la situación y tratase de dar una visión más compleja, aunque a la vez inocente, hizo que el guión me pareciese una pieza única (y por ello, innovadora y atractiva).

La estructura tenía como bases principales, además, una banda sonora especialmente elegida para producir el efecto de intimidad, y resaltar el paso del tiempo y las estaciones, y los diálogos, en los que la protagonista despliega sus encantos. Son tremendamente ingeniosos, casi creando un lenguaje propio, que permitía, a la vez, una mayor credibilidad respecto de los personajes en la adolescencia, por parecer verosímil y resultar agradable. Por deformación profesional he de decir, además, que la traducción de la película mantenía ese espíritu, cosa que no es tan común como parece.

Otro recurso que me pareció muy bien utilizado: se decantaron por un uso de los colores ligeramente modificado (una mayor saturación en la parte del otoño me resultó especialmente acertada). En el caso de escenas concretas, me parecía admirable la grabación de algunas muestras de acciones paralelas especialmente bien elegidas en lo que se refiere a su servicio al guión.

Para dejar éste un poco de lado, quiero destacar, por último, que soy consciente de que la saturación a la que se nos ha sometido de comedias adolescentes americanas puede resultar un precedente que no invite a tratar esta película como un producto de calidad, pero no es a éstas a lo que aspira Juno, sino a las comedias de John Landis e Ivan Reitman (no por casualidad, ya que el director es el hijo de éste último) en los 90, recuperadas con un toque de sensibilidad y sensatez para presentar una nueva forma de vida como válida e inspiradora.

Comentarios

Laura Pastor ha dicho que…
Estoy contigo, Juno es la pera!
Joko ha dicho que…
La vi hace un par de meses y me conmovió. La canción de los Moldy Peaches al final es la guinda. La peli y la canción me inspiraron a escribir algo parecido (léase: les robé descaradamente e hice mi propia canción).
Luego te la mando. :)

Besos

Pd: Estoy catchupeando con tus 1000 posts no leídos así que tardaré un rato largo, probablemente veas comentarios en posts más viejos que la escarapela... :-p

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